Barranco del
Cambronal.
PR-AV
10
5/XI/2017
Si tuviéramos que clasificar rutas, seguro que
encontraríamos un adjetivo adecuado para cada una de las que anduviéramos.
Porque dependemos del trazado, del día
que salga y sobre todo de la estación en la que estemos. También habría que
tener en cuenta otras muchas cosas sin duda, pero en líneas generales y sin
complicarnos la vida, estas situaciones son lo bastante orientadoras como para
opinar sobre ellas.
Con las razones
anteriores puedo decir qué, aunque el día apostaba
por no darnos ninguna satisfacción, el sino si fue complaciente, y la estación otoñal puso una nota de color y
una oportunidad que sí, supimos apreciar y sobre todo disfrutar.
Pero como mi mente
diría…Una pasada de color y de temperaturas…Un flipe…pero sobre todo muy
bonita…
Hoy iniciamos la ruta en el
pueblo de Navaluenga, que está como a unos cuarenta minutos de Ávila capital.
Es necesario cruzar el pueblo y el río, se puede hacer atravesando la plaza y
continuando dirección al río, pero los festivos la plaza está cortada al tráfico,
por lo cual debemos coger una ruta alternativa, que bien puedes preguntar o
echar mano de gps.
Una vez que cruzamos el río
por la puente nueva, nos dirigimos a la puente romana, o, mejor dicho,
medieval. Allí dejamos el coche y empezamos a andar por la PR-AV 10, que es una
ruta homologada y está muy bien señalizada con los colores blanco y amarillo en
líneas paralelas horizontales.
Debemos tener en cuenta que
cuando estas líneas están cruzadas significa:
"que por ahí no…"
Empezamos un con espejo de calle,
que se insinuó de una manera como desafiante…
¡A nosotros...!
El inicio
de la marcha lo hacemos desde al puente medieval.
Cogemos la calle paralela que está pegando al río, justo por la que accedemos al sitio donde dejamos
los coches.
Y desde ahí empezamos el camino.
El cielo estaba despejado por este lado de la sierra, pero cuando salimos de Ávila, allí estaba nublado y amenazante de lluvia.
En este momento medí cuenta
que la luz, esa vendita luz de la que tanto hablo, parecía que se iba aliar con
nosotros. Es una buena, pero muy buena noticia…
Un personaje
inesperado, parecía reclamar nuestra atención…
No paró de seguirnos por
dentro de la finca hasta recibir unas caricias. Será la soledad lo que le hace
hacer estos gestos, recibe nuestra admiración por representar a una especia en vías
de extinción. Los tenemos en cuenta mientras son útiles y luego al olvido, y de
ahí a la extinción…
Según subíamos el cielo se iba
encapotando y no la teníamos todas con nosotros. Sin embargo, la temperatura
era de lo más suave y empezamos a quitarnos ropa…
El otoño es una inspiración y nos deja momentos inolvidables en nuestras retinas…
Esos ocres
y amarillos…acompañados de los verdes, es una sensación de color y textura que
se impregna en la piel…
Llegamos al paraje conocido
como “La Lobera”, y así nos lo
indica un cartel informativo, con información micológica.
Esta época es buena para
llevarse bolsas para recoger castañas y nueces, y porque no hay setas este año debido
a la sequía, si no haces una ruta bien aprovechada…
Un cartel nos da una explicación
sobre el lugar en el que nos encontramos y alguna cosilla que bien merece
quedarse con ella por puro interés personal…
Despoblado de La Lobera.
“Este enclave tiene su origen
como el resto de asentamientos de este tipo en todo el Alberche, en servir de
estancias de verano para el ganado.
En la Edad Media se fundaron núcleos
de población como Navaluenga, siendo en un principio muy similares a estos
barrios, prosperando posteriormente como pueblos de mayor entidad, dada su
posición estratégica en el fondo del valle y al integrarse territorialmente al
concejo de Burgohondo.
Se utilizaban piedras
amontonadas como recinto para el ganado, aprovechando la posición natural que
brindaban algunas rocas de mayor tamaño.
Las cabras recién paridas no
podían seguir el ritmo del resto rebaño y quedaban confinadas en las llamadas “Chiveteras”,
más pequeñas que los “Apriscos”, que servían para cerrar al rebaño durante la
noche.
En la Lobera, hasta mediada la
primera mitad del siglo XX, el hombre compartía territorio con un serio
competidor, el lobo, el cual dio nombre al topónimo del lugar.
Mastines y sus carlancas eran
usadas para la defensa ante el lobo, al igual que la práctica de muros “encobijados”,
con la parte superior en saliente, que evitaba su entrada en los corrales. Estas
eran algunas artes tradicionales pastoriles ante el cánido. A mediados de los
40 había desaparecido en casi toda la provincia, recuperando en la actualidad
parte de sus ya antiguos dominios en varias zonas del Sistema Central.
Aún se conservan todavía muchas
de las edificaciones que formaban estos barrios, muy comunes en todo el
Alberche. La instalación más relevante era La Majada; hecha de piedra, alguna
se revocaba con barro y paja, sobre todo en el interior, con cubierta de tejas a
un agua y la mayoría dotadas de corral.
El abandono del medio rural a
mediados de los años 50 provocó un gran éxodo hacia las ciudades, con lo que la
mayor parte de estos barrios fueron quedando despoblados de forma casi
definitiva."
A
partir de aquí, la magia del lugar, que se manifiesta en colorido y grandeza
vegetal, nos cautiva de tal manera que prefiero callar y dejar que vuestro
pensamiento viaje con el mío por este mundo que parece de fantasía…
Otro cartel nos informa de la
importancia de estos barrancos, a la hora de acoger tantas espacies vegetales y
de fauna. Pero leamos lo que dice:
“Hacía el final del Terciario,
hace unos 3 millones de años, el clima se hace más frío y seco. La vegetación
necesitada de humedad queda refugiada en zonas más umbrosas y húmedas como son
estas gargantas con orientación norte del Macizo Oriental de Gredos.
Así, castaños, robles y nogales
acompañados de alisos y abedules en los barrancos de mayor altitud como este,
constituyen los bosques de galería en torno a los cauces, flanqueados por tejos
y pinos.
Durante el cuaternario, desde hace
unos 2.5 millones de años hasta hace 10.000 años se suceden periodos glaciares
que provocan cambios drásticos en la distribución de especies de flora y fauna,
tanto a escala local como global.
En el entorno de las gargantas
fluviales del Valle de Iruelas, como en toda la Sierra del Valle, aún conservan
pies aislados de abedul o pequeños rodetes de tejos que rememoran como testigos
la vegetación de aquellos periodos.”
Poco a poco vamos dejando el
barranco del Cambronal, para ver otras maravillas del entorno…
La luz fue escasa y me obligó
a apoyarme frecuentemente para hacer fotos sin que salieran movidas, pero
mereció la pena, ya lo creo…
Las nubes cada vez limitaban
más el paso de la luz, tan necesaria para mi cámara, ¡Qué le vamos a hacer…!
El paisaje es un espectáculo,
pero el cielo, como ya he dicho no acompaña…o lo hace a ratos…
¡Hala…! Qué bonito fondo,
para…
…La foto del grupo.
Muy natural…si señor…
El espectáculo sigue…
Esa sierra cercana empieza a
fascinarnos, habrá que investigar al respecto….
Esta cabaña o caseta que en
principio nos llamó la atención, defrauda al verla de cerca…
Detrás de los árboles, la
ermita de la Virgen del Espino, nos espera…
Paradita para reponer fuerzas,
y ese café de Tuti y Raúl hay que probarlo…
Las nubes nos dan una de cal y
otra de arena.
La Ermita por fuera dice poco,
pero por dentro tampoco tiene mucho atractivo.
Al fondo Navaluenga, enfrente
Efren…
Estos, no se nos escaparon a ninguno…
El Barraco .
San Juan de la Nava. (en San Juan de la Nava mataron un gato y se oían los gritos en el Barraco…)
El
Pico del Peregrino.
Novalmoral
de la Sierra.
Quién diría que detrás de ese
rostro tan serio está el ….
Disco
-“Bolo…”
Natural…siempre tan natural…
¿Qué miras..? Si tú, humano…
…la nuez la vi yo primero…
Terminamos con la misma imagen
que comenzamos, haber donde los coches…
Con la información del
desnivel nos vamos a por esa caña que alguno insinuó que vendían…
Color, es la palabra
que se me descuelga de la mente, para expresar a modo de resumen de esta ruta. Yo
no contaba con este grado de satisfacciones que nos llevamos de este lugar, esperábamos
mal tiempo y resulto que la temperatura fue excelente, la luz escasa pero
suficiente.
Lo que no podía
imaginar es la cosecha de fotos excelentes que me llevé, por lo menos es mi
impresión, tengo el ego en niveles máximos a cuenta del colorido otoñal. Solo
espero que esta satisfacción sea compartida con vosotros porqué, al fin y al
cabo, vivo emocionalmente de ello en, Kminado…pero con vosotros. Y hoy me he llevado
un verdadero atracón.
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