Las Merindades
(septiembre
de 2021)
Las Merindades son un conjunto de cada una de las Merindad, en singular, que existe al norte de Burgos. Su gran atractivo son los enclaves y sobre todo, su arquitectura, que nos sitúa en otras épocas, por lo que el interés que suscita, no es para menos.
Tiene un abanico de posibilidades turísticas infinitas de primer grado. Las visitas a causa de lo extenso del territorio, se hace necesario, el que tengamos que programar los días, y buscar lugares interesantes con anterioridad a nuestra llegada, para el aprovechamiento óptimo del tiempo, que siempre será escaso, planeado y discriminando lo que no esté en nuestros objetivos, pues es tan extenso y variado su contenido, que no hay hobby o gustos que no encuentren dentro de este paraíso, un lugar para dejarnos perplejos y asombrados con las vistas: pueblos medievales, naturaleza, vegetación y unas panorámicas espectaculares, por cierto, la cámara de fotos se hará imprescindible…
Hablar de Las Merindades, es hablar de muchas cosas, por un lado su terreno, que nos habla de un pasado donde esta zona era una cuenca sedimentaria marina, el origen se encuentra en la Era Secundaria, hace alrededor de 100 millones de años. Lo que se deja ver hoy en día es un potente conjunto de estratos de caliza masivas y calcarenitas que se formó en el Cretácico Superior, en un periodo que los geólogos denominan Coniaciense.
Estas calizas están profundamente karstificadas, esto es, que está completamente minada de grietas, cavidades y galerías que actúan como un gigantesco acuífero. Lo que significa todo este terreno para el observador, es la contemplación de unas vistas impresionantes, riscos en estratos desafiantes ante el cielo...
La unión de naturaleza y geología hacen para los senderistas un paraíso de oportunidades y variedad de destinos.
El paso del hombre por estos lares dejó su huella, pues las cavernas y grutas fueron una oportunidad para ponerse a cobijo y resguardo en épocas remotas, allá por el paleolítico y antes también. El medievo quedó grabado en piedra con los eremitorios y otras muestras parecidas, ya que la roca se dejaba manipular fácilmente al tratarse de arcillas.
Las ermitas románicas son un
tesoro a descubrir, la hay por todos lados y a cuál, más bonita.
También los enclaves para hacer las construcciones de castillos y palacios, así como monasterios, son idílicos y únicos, a la par que impresionantes, parecen salidos de fantasías y cuentos difíciles de imaginar.
Esto que intento comentar es un resumen personal, de siete días sin parar de pisotear historia sobre un relieve para no poder olvidad en mucho tiempo. Siempre se te quedan cosas por ver, es imposible verlo todo, pero lo que ves, es impresionante. Incluso sin pretenderlo, te topas con algo que no estaba en tu lista ni en tu itinerario y en el pronto, no tienes más remedio que improvisar una visita que nunca planeaste.
No salgas con el pesar de no haber podido verlo todo, porque como digo, es imposible, son demasiadas cosas, lugares y sitios de los que no entrarán en tu viaje, sin duda por falta de tiempo.
Por eso se hace necesario un programa de sitios, planeado de ante mano, por lo menos las cosas que a ti te interesan, luego el que tengas el tiempo suficiente, es harina de otro costal.
Mi relato, es un resumen de lo que ofrece este lugar, calculo que puede ser alrededor de un 15, 20 por ciento, de lo que se puede ver y no me quedo apenado por lo que no vi, al contrario, sé que tengo que volver para ver cosas que se quedaron en el tintero, eso el tiempo lo dirá. De momento esto es lo que puedo decir de esa visita:
(I)
El Monte Santiago
Empezamos la visita a las Merindades buscando espacios abiertos y una pequeña ruta de senderismo. En la parte que da más al norte de las merindades, limitando con Vizcaya y Álava, nos encontramos con unos desfiladeros que quitan el hipo, pero no solo por su pendiente, sino, por el conjunto de todo, desfiladeros, monte y altura, que hace de este lugar un sitio especial, a todos los que fuimos nos dejó asombrados y nos hizo disfrutar como críos des esta ruta tan peculiar y variada...
...y que aprendimos cosas…
Su localización no precisa muchos datos, con los GPS, ya no hay ningún problema para acceder a los sitios.
Cerca de la población de Berberana, y a medias de la carretera BU-556, entre este pueblo y el Mirador Parque Orduña, no sale un desvío al Parking Salto Nervión. Es importante saber que hay unos tres o cuatro kilómetros, desde este cruce hasta el lugar donde salen los caminos y senderos.
Lo comento, porque existen tres parkings, y el primero dista esos 3 ó 4 kilómetros del lugar de partida, lugar de partida que también es llamado la Casa del Parque, y el segundo parking, unos dos kilómetros. Es recomendable por evitar un recorrido absurdo y cansino, ir directamente al tercer parking, que está justo en el lugar de partida de caminos y senderos, La Casa del Parque, pero creo que, en épocas altas te cobran, pero lo pagarás con ganas.
Una vez que dejamos el coche, se nos presenta una duda, pues existen dos puntos importantes que debemos ver. Por un lado, está el Salto del Nervión, y por el otro, el Mirador de Esquina Rubén. Los dos distan de inicio de las rutas unos dos kilómetros, lo cual y si se quiere, se pueden unir en una sola ruta, pues entre estos dos puntos existe un camino que bordea un precipicio, haciendo una ruta circular, que es lo que nosotros pretendemos.
En la foto se pueden ver los tramos, el Tramo 1, nos muestra la ruta más rápida y fácil, pero menos atractiva al discurrir por una pista forestal, es menos atractiva y ahora explicaré el porqué. El Tramo 2 es la que nosotros escogimos por su atractivo, nos hace ir por una trocha que, te introduce en un impresionante baño de bosque, un hayedo, robledal y muchos acebos…, y lleno de sorpresas impresionantes para la vista, que es lo que ahora veremos. El Tramo 3 nos une los dos puntos como indicaba anteriormente, y que no voy a comentar más, pues más valen una imagen que mil palabras. El cuarto tramo, es el retorno desde el Mirador Esquina de Rubén.
A esto me refería cuando digo que es un baño de bosque, la tranquilidad de no tener la sensación de estar entre un millón de personas más, pues todos siguen las indicaciones sin mirar las oportunidades que ofrece este enclave.
Es como si entraras en trance, en una soledad acompañada de bosque, y ves como mimetizas con todo el entorno, al sentir otra realidad paralela, tienes que abrazar árboles y tocar ramas, como saludando a todo.
Detalles aparentemente sin importancia, marcan la diferencia con el otro camino, son sin embargo un buen reclamo, que anima a la imaginación a abstraerse y pensar en la buena idea de haber venido por...aquí…
Las ocasiones para
hacer fotos, son inagotables…es un flipe…
Una sorpresa en forma de cueva, que nos suscita un cierto interés de entrar, pero que no lo hacemos…, que nos quedamos con las ganas seguro. Las cuevas es un cotidiano recurso y de visitar en todas las Merindades, y ya habrá otra ocasión…
Por todos lados hay algún motivo para hacer fotos, o por lo menos para pararte a mirar y contemplarlo todo…
Los acebos son un reclamo por su intenso color verde aceituna, y que con un brillo vítreo, refleja la luz como un auténtico espejo…
Dejamos el bosque, y nos encontramos ahora ante un desfiladero impresionante…
Este cartel lo dice
todo…
Las vistas son sin duda la mejor de las recompensas…
Un desafío:
¿A ver
quién es capaz de distinguir un buitre en la foto??
Hay que saber que el cauce del Río Nervión, normalmente no lleva agua, tengamos en cuenta que todo este paisaje está lleno de acuíferos y galerías por las que discurre el Nervión, y que rara vez se ve la caída del agua por él. Pero lar redes hacen que la gente que pudo verlo en alguna ocasión, coincidiendo con algún deshielo y cuando los acuíferos no daban más de sí, lo suba y se pueda ver. Si estas interesado en verlo... “PINCHA AQUÍ”
Unos se fijan en mí y yo en otras cosas. Las oportunidades, las pintan clavas, sin saber de dónde viene este refrán, me viene al pelo para hablar de lo que estoy viendo y no doy crédito…
Si te pareció impresionante la caída del agua, la cola de caballo, que se llama, ahora lo vas a flipar, esto sí que te quita el hipo, la palabra vértigo la inventaron unas personas como estas, las que están bajando por una cuerda y que como digo, no doy crédito…270 metros de altura para descolgarse...
¡Uffff…! ¡Qué pasote!
Antes de abandonar este sitio, hay que echar un vistazo más tranquilo, por si algo se hubiera pasado por alto, que no lo creo, pero qué más da, mirar por mirar es flipar por flipar…
En esta foto, lo que hay encima del desfiladero, es un montón de vacas, seguro que están acostumbradas al desfiladero…
Es hora de marchar, y acometer el camino hacia el Mirador Esquina de Rubén, ahora bordearemos el desfiladero y cambiamos de perspectiva, pero no de las vistas.
En poco rato estaremos donde estas personas, que ahora parece que, visto desde aquí da miedo…
No viene mal recordar esto cada poco, andamos por el borde que ves en las fotos y no debemos arriesgar nada por la cuenta que nos trae…
Si nos fijamos en la pared y a media altura, veremos que está llena de puntos negros, unos puntos negros que son buitres.
Detalles que te llaman la atención, muérdago, una mariposa y un buitre…
Si te ha dado por leer el cartel entero, sabrás que en esta foto se ve perfectamente el “bollo”, y en la de abajo te lo explica…
Este mirador de Rubén, es un fantástico descubrimiento, si el Salto del Nervión fue una pasada, para este, el calificativo tenía que ser algo como esplendido o fantástico. No solo son las vistas, si no también el olor, el aire sabor a mar, unas sensaciones que no parecen pertenecer a este lugar. Bilbao, está a cincuenta kilómetros a nuestras espaldas es:
¡Fantástico! ¡Esplendido!
Con todo lo visto hasta el momento, este retorno al coche puede parecer menos atractivo, pero no, tiene su encanto y su fantasía…
(II)
Orbaneja del Castillo
La segunda visita, decidimos que fuera esta, no podíamos dejar este sitio para luego, por si acaso surgía algún imprevisto, aquí hay que venir sin duda ninguna.
El es pueblo más bonito de la provincia de burgos, su atractivo turístico es su enclave y su origen medieval, pero no es lo único y hay cosas que le hacen diferente, porque pueblos medievales los hay y muchos, pero este pueblo se adorna con varias cosas más, una cascada fantástica que cuando lleva agua, no, como la que vimos nosotros que, aunque lleva, no es lo mismo, es súper bonita, hoy también luce, pero menos. También una cueva te va hacer alucinar. Por todo esto, este lugar, es un sitio imprescindible en las visitas a las Merindades.
El camino que nos lleva a Orbaneja, es también un atractivo añadido para la visita, espectacular y maravilloso al mismo tiempo, todo el entorno es una pasada. Por el camino no dejas de ver desfiladeros y formaciones que insinúan diferentes cosas.
Lo que hace de Orbaneja un lugar distinto, es su enclave, sí con los añadidos que he nombrado, el estar situado en una especie de hundimiento, a modo de un circo o corona de piedras erosionadas y de formas diferentes, y rodeando en altura al pueblo, es algo que no lo tiene ningún otro pueblo, o por lo menos tan completo, es como una especie de fortaleza natural.
Existe un parking a la entrada del pueblo, hay personas que se arriesga e intenta aparcar en el pueblo, pero ya os digo que lo logran pocos.
Llegas al puente, donde las vistan compiten, entre la cascada y las lagunas de debajo el puente.
Saca la cámara, que
no vas a dar abasto con todo lo que hay que ver…
Decir que es un pueblo en cuestas contantes, el desnivel hace que el agua tenga su atractivo, pero requiere un poco de esfuerzo físico…
El discurrir del río, ofrece multitud de posibilidades en cualquiera de los encuadres que mires a través del visor de la cámara, o de la pantalla del móvil…
El pueblo está como en un fondo o en un valle, totalmente rodeado de riscos, que te hace pensar en un sitio al resguardo de los vientos.
Una muralla natural o corona, es telón de fondo en cualquier encuadre, y que enriquece la toma, también da una identidad al pueblo muy curiosa y que a los forasteros nos parece impresionante…
Para los buitres esto es su paraíso, existen buitreras en todas las paredes de los riscos que rodean el pueblo, se los puede ver en todo momento volando…
Esta edificación, me tiene desconcertado, no he encontrado ninguna información, pero tiene trazas románicas y a la par inscripciones o relieves que no sé cómo interpretar, parece una ermita y una casa a la vez, pero como si fuera moderna, no tiene aspecto de tener mucho tiempo o eso es mi primera impresión.
Existe una especie de mirador, en el que se puede divisar el pueblo y su enclavamiento, pero hay que subir por la plaza donde estaban los bares y luego seguir en dirección a la izquierda, bueno el caso es que una vez que estás arriba, no te pierdes y es fácil de encontrar.
Este es un buen lugar para hacer fotos con los “camellos” detrás.
De rule por el pueblo…
Incluso en la hora de comer, no podías apartar la vista a la calle…
sentados y esperando con el restaurante detrás, hicimos tiempo mientras abrían la cueva. Decir del restaurante, que comimos bien, abundante y no fue caro, veinte pavos por persona, buen trato y buen servicio, bien…
La Cueva del Agua
La iglesia se Santa María
Hablamos de una iglesia medieval, pues que coños hace un suelo de cemento, a la entrada. ¡Es que no había más piedras!, el artífice de esto tiene que ser el mismo que quiso ahorrar en la torre, se cagó en su estética una vez más. ¡Olé sus “guebos”! Lo de la colada en los balcones, tiene una explicación, aunque se pega un poco con un pueblo turístico que vive de su imagen, pero vale pulpo como animal de compañía. Pero esto es un pecado a la arquitectura del origen de dicha iglesia, ¿Dónde están los colegios de arquitectos, para denunciar esta barbarie? En fin, mejor callarse, y que cada uno opine lo que crea conveniente…
Esto no es del
medievo, pero es una auténtica reliquia, digna de contemplar…
Últimas imágenes de Orbaneja…
A este hombre le importó lo que simboliza este cactus, el que estuviera prohibido el baño en las lagunillas debajo del puente…
(III)
Hoces del Alto Ebro y Rudrón
Iniciamos esta jornada con la idea de hacer una ruta de senderismo por plena naturaleza, nos pareció perfecto una ruta por la rivera del Ebro. Siempre hay algo que sale mal, a nosotros nos salió mal este día, bueno el inicio, fue el único día que no podemos hablar bien de él. Pero no todo se perdió, rematamos el día con otras visitas que más tarde podré contaros.
El “GP...e´se”, nos jugó una mala pasada, el clima era imposible, pues amenazaba tormenta por la tarde y el bochorno por encima de los 38º era un suplicio. El caso es que, llegamos a una hora que no es para empezar a andar con la calorina, por lo que abortamos sin dudar un momento. Decidimos ir directamente a ver el mirador y punto...,
...más se perdió en la guerra de Cuba.
La idea primera es hacer una ruta en la rivera de las Hoces del Río Ebro. Partiendo de un pueblo, de Valdelateja, se inicia la ruta, donde se podía ver la Cueva del Piscarsiano, el Hayedo de Carrales, el desfiladero de los Tornos y el de Palancas, entre otras cosas. Lo digo por si pudiera interesar a alguien, para una posible ruta sin mucho desnivel y en plena naturaleza.
Bueno, ya estamos en el mirador y esto son las espectaculares imágenes, que nos dejaron con ansias de no haber podido andar por esos lares…
Una mirada hacia
abajo desde el mirador, nos desvela el sendero que tendríamos que haber tomado…
(IV)
Puentedey
Empalmando el día, con el mirador de las Hoces del río Ebro, decidimos ir a Puentedey, ya que nos pareció una visita imprescindible a las Merindades, y un pueblecito, que no entretiene mucho.
Aparcamos cerca del puente, donde dejamos el coche y de donde emprendimos la marcha al pueblo, con las primeras imágenes de Puentedey que dan nombre al pueblo.
Nos encaminamos por
una de las calles que, en cuesta, nos adentraba en el pueblo.
Nos encontramos con
la Casa Palacio de los Brizuela...
…como una escultura
nos indica.
Siguiendo unos indicadores, nos dirigimos al Mirador de San Andrés.
Donde vemos el
discurrir del Río Nela…
Y las primeras
panorámicas de Puentedey…
Y por donde iba la antigua línea de ferrocarril Santander-Mediterráneo
Aprovechando esta imagen de la Iglesia de San Pelayo, nos dirigimos allí para bichear un poco…
En el camino nos encontramos con una Aventadora o beldadora. Máquina que en su día fue un invento que aliviaba en mucho el duro trabajo de trillar, ya que simultáneamente, trilla, avienta, es decir, da aire para separar el grano de la paja, también criba y embolsa.
Tiene una primitiva escultura románica que representa a un guerrero ataviado con armadura y espada luchando con una serpiente. San Pelayo fue martirizado en Córdoba en el siglo X, hecho que da que pensar que hubo influencias mozárabes en Puentedey.
Una ventana de puro estilo románico, nos delata su origen…
Hubo algo que me llevó un rato en busca de lo que este cartel decía, y que yo no fui capaz de encontrar…
Esta foto, en sí, no dice más que lo que me inspiró a mí, me pareció que merecía la pena.
El día no había acabado todavía, estaba el cielo encapotado, pero la temperatura era elevada, como esta mañana cuando estábamos en las Hoces del Ebro, pero sin sol.
(V)
La Cascada de la MEA
Nos quedábamos con ganas de hacer una marcha o ruta, y tras fracasar en el intento de esta mañana, apareció la oportunidad cuando un cartelito nos informó de la existencia de una cascada como a un kilómetro y poco, sin pensarlo más, nos pusimos a andar y así, satisfacer esa ansia de caminar con la que salimos de casa.
Una vez que empezamos a andar, nos dimos cuenta que ese kilómetro y pico, era sobre carretera, es recomendable evitarlo, por el consiguiente peligro que conlleva el paso de coches y personas por un mismo lugar. La poca distancia nos hizo pensar en caminar un poco, pero no merece la pena arriesgar.
Las vistas en ese camino, nos muestran una vez más, una elevación del terreno, ya característico y que siempre te llama la atención, con sus cortados en forma de pared…
Se localiza bien su emplazamiento, está señalizado y con un aparcamiento para los coches, cosa que me reafirma en la equivocación de no traer el coche.
Pronto entramos en un frondoso y estupendo bosque, con una variedad de arbustos que hacían la delicia del paseo…
Como siempre también, hay gente que, si la vio con agua, y que hizo un vídeo y la subió a YouTube. Si estás interesado en verlo “PINCHA AQUÍ”
Último vistazo a las
piedras de la cascada, y retornamos al coche…
(VI)
Ojo Guareña
Nos encontramos ante una de las dos maravillas naturales de burgos, en cuanto a cuevas. La primera es de las que hablaré, porque es la que pude visitar, como dije en la introducción al principio, es imposible verlo todo. Hice la visita más turística, pero me quedó la más impresionante, a mi parecer, como es la visita espeleológica a una cueva. Me refiero a la Cueva Palomera, a la que por motivos de tiempo y otros, no pude ir a mi pesar. Tengo que hablar de ella porque, sí debe ser una visita obligada a las Merindades, para que sepáis a lo que me refiero, pincha en los enlaces que dejo abajo y sabrás de que estoy hablando:
Este conjunto de cuevas, es el segundo complejo más extenso en cuevas de la Península Ibérica, después del Sistema del Mortillano en Cantabria, y de las primera diez del mundo. Han sido localizados santuarios prehistóricos y especies de invertebrados cavernícolas, algunas nuevas. Formados por más de 110 kilómetros de galerías.
Existe un parking cerca del complejo, donde se deja el coche y no muy lejos está todo lo que hay que ver…
Al poco de andar, ya puedes ver la maravilla, de una cueva convertida en un sitio religioso, una verdadera maravilla como digo.
Aprovechando las galerías de la roca, una ermita románica hace las delicias del momento…
Lo primero es lo primero, hay que ir a sacar las entradas lo antes posible, que siempre hay mucha gente y las colas y la espera pueden ser largas. Hay que ir por un camino empedrado y dirigirte directamente a la taquilla, es poco, apenas un par de euros, además te dan un casco. Es muy recomendable ropa de abrigo, pues en el interior, no pasa de unos diez grados.
Se entra por la parte de arriba de la ermita y sales por la misma ermita, como bajando un piso…
La cueva es muy grande, llena de galerías, pero solo ves lo que en este cartel está en color marrón.
Qué decir de la visita a la cueva, que a pesar de sus 400 metros se hace corta. Nada más entrar, en una galería inmensa, ponen un vídeo de lo que estás viendo o vas a ver, pero no te dejan sacar fotos, luego bajando una rampa, sobre listones, llegas a una especie de curva, y allí si te dejan sacar fotos.
Para mí, lo mejor de esta cueva, vamos, de lo que te dejan ver, es la parte de la ermita por dentro,
Unas curiosas pinturas murales en la bóveda natural de la sala rocosa, que constituyen la nave de la ermita. Están fechadas en 1705 y 1877 y narran la vida, milagros y los martirios de San Bernabé.
La fecha de la construcción de la ermita, se desconoce, se la sitúa entre los siglos VIII-IX, pero también se cree que es del siglo XIII.
Las bóvedas poseen pinturas de los martirios de San Tirso y San Bernabé, que están datadas entre los siglos XVIII-XIX.
Bueno, una vez visto la ermita y la cueva, todavía nos queda dar un rule por las inmediaciones, que no es poco…
La puerta grande de madera, guarda un altar mayor para que en la fiesta o romería, se haga la misa y sea para todos, ya que en la ermita no caben en fechas señaladas…
También hay que hacerse las fotos de que hemos estado allí, claro…
Cogiendo el camino empedrado que sale desde le entrada a la cueva, se llega al alto y desde allí, hay vistas panorámicas preciosas…
Esta foto es desde lo
alto que se ve, en la foto de abajo…
Estas cabritas, no tienen vértigos, están como en su casa…
(VII)
Emeritorio de San Pedro Argés
Este enclave fue fortuito, nuestra idea era visitar el Monasterio de Ríoseco, y a poco más de un kilómetro de este monasterio, apareció un cartelito con las indicaciones de su existencia. La verdad es que es una pasada, una historia de hace mil años, grabada en roca.
No hago alusión a las localizaciones, porque los GP…eses, son buenos guías. Como digo, a poco más, e incluso menos de un kilómetro del monasterio, está este eremitorio, existe un espacio para aparcar el coche en la mano contraria al eremitorio, paralelo al río Ebro, que también admite una visita.
Está bien indicado, hay que cruzar la carretera y subir por un caminillo hasta él.
Según te vas acercando, tan solo puedes ver una gran roca de color rojo, que te llama la atención, sin sospechar lo que guarda dentro.
Como siempre, mejor que hablen los carteles informativos:
Ya solo queda velo
que es…
Se puede sentir como pudo ser, seguro que hubo un techo, que posiblemente se vino abajo, al igual que una columna, en general es chiquitito pero de un atractivo impresionante.
Seguro que guarda un montón de momentos que, lo llamamos historia, a pesar de que no se escribió, pero si se esculpió…
…se esculpió para decirte algo cuando miras las piedras, las marcas de escavar la roca dejan huella del paso del hombre, y de su interés por perpetuar un lugar, para que después de mil años puedan decir que la historia también se escribe a si…
Indicar que el Río Ebro, como dije anteriormente, admite una visita, desde donde dejamos el coche, hay un camino que nos lleva a una especie de puente que permite cruzarle y hacer buenas fotos…
(VIII)
Monasterio de Santa María de Ríoseco
Lo que me hizo plantearme esta visita, de la cual ya tenía ganas, fue el comentario de un buen amigo y mejor maestro, maestro por su sabiduría y su buen hacer. A raíz de mi interés por otro monasterio en la provincia de Ávila, como es el Monasterio del Risco, él, Efrén, me decía que se podría rescatar, como se está rescatando el de Rioseco, y me contaba batallitas sobre su reconstrucción. Lo cual me suscitó un gran interés en hacerle una visita, y esa visita es esta.
Se encuentra situado en el comienzo del Valle de Manzanedo en la provincia de Burgos. Estuvo habitado durante siglos por los monjes “Blancos” de la Orden del Cister, llamados así por su indumentaria.
Los monjes Cistercienses supusieron un incipiente renacimiento cultural por su proyección espiritual inseparable de su proyecto de transición político-social.
Abandono y expolio
Como una maldición, algo que parecía majestuoso, bello y lleno de culto religioso, así mismo como divino y tan lleno de vida y futuro, pasó a día de hoy, al abandono y al mayor de los olvidos.
El siglo XIX comenzó mal para el monasterio, con la guerra de la independencia, los soldados franceses embargaron gran parte de los granos que almacenaban en la “Cilla”. Los monjes fueron obligados a exclaustrarse desde 1809 hasta junio de 1814, más tarde durante el tiempo de Trienio Liberal (1820-1823) fueron de nuevo expulsados del convento y salieron a subasta algunos de sus propiedades.
En 1835 la ley desamortización de Mendizábal puso fin al monasterio. A partir de la desamortización, la desidia, el olvido y el expolio convirtieron poco a poco al que fue un hermoso monasterio en unas peligrosas ruinas. En la década de los sesenta la iglesia seguía en uso, prueba de ello es que, en 1964, se celebró allí la última boda.
La esperanza y la luz
del nuevo monasterio
En el año 2008, se empezaron a dar los primeros pasos para recuperar el Monasterio de Santa María de Ríoseco, con reuniones que sumaban voluntades e ilusiones.
En 2010, un grupo de personas del Valle de Manzanedo, con la ayuda de pequeñas parroquias de este valle, se ocupó de la deforestación del monasterio. A partir de aquí empezaron a llegar los proyectos, las pequeñas obras de consolidación, las puertas, las semanas de voluntariado, la ayuda de los medios de comunicación social…la fiesta del voluntariado, las charlas, presentaciones de libros y de cuentos, exposiciones de fotografía y pintura, conciertos, y un largo etc.
Este fue el renacimiento de un lugar, para perpetuar un pasado y crear conciencia a base de la divulgación de ese pasado, mostrando una grandeza, que ahora sí, pertenece a un pueblo que sí ha sabido creer en su historia.
Pensamiento en voz
baja:
“Comprendo que comparar los dos monasterios, el de Ríoseco con el del Risco, puede sonar a querer igualar el interés por los dos monasterios, no ocurre así, el Risco es todavía un reto para un pueblo dormido en el olvido, y más que nada, en su ignorancia. El Risco es solo una injerencia particular de un proyecto vacío de interés económico. En ninguno de los dos casos, la administración tubo interés alguno. Mientras la conciencia de los alrededores del Valle de Manzanedo en Burgos sí la tuvo, en el caso de Risco, la concienciación en el Valle Amblés, no existe. Quizás la ignorancia de su historia y su patrimonio, iba ligado al interés de lo que a la iglesia del momento le interesaba. Al pueblo en general, se le ha negado esa historia, porque la desconoce y al poder actual de la iglesia y del poder en sí, no se le ha planteado nada al respecto, no existe este problema, porque para que haya un problema lo han de conocer, y la ignorancia como la desidia, marcan su línea de interés en general. Hemos de pensar más allá que, no ven en ello más que gastos in necesarios, que no reportan beneficios económicos, como no los genera la misma historia por sí misma. Se ignora el gran potencial de un lugar, lugar que un su día se impuso como sagrado para imponer un orden e interés que va más allá de lo puramente religioso. Se está condenando al olvido al igual que al despoblamiento a un lugar y a sus gentes, como un desprecio, por no generar beneficios, y la historia es también despreciada por ignorancia. Estos sitios que en su día sirvieron como sucursales puramente económicas de un poder, político como religioso, dos en uno, pues no se pueden separar, eran los mismos, que disfrazaron un culto a diferentes santos y alusiones marianas, para camuflar su primordial objetivo, poder y dinero. Esto que pasó hace cientos de años, no nos pilla de sorpresa, es constante a lo largo de los tiempos, es como si tuviera una vida paralela sobre la historia, cambiaran los tiempos, pero no el ciego poder.”
Jamm.
(IX)
El Monte Hijedo
Necesitábamos una ruta para andar, puesto que la anterior se nos frustró, busqué otra en la que nos metiéramos en algún bosque, y mirando por ahí, me pareció buen lugar este, tenía buena pinta por lo que se publicitaba de él, pero...todo lo que pude leer e imaginar de la ruta, comparado con la realidad, se quedó corto, pero que muy corto en cuanto a belleza…
Se encuentra al sur del pantano del Ebro, por allí cerca está Arija, un pueblo que merece la pena perder un poco de ese tiempo del que digo siempre, que no se encuentra. Otra referencia, es Alfoz de Santa Gadea, pueblo bonito y visitable, si el tiempo lo permite, y no me refiero al clima, si no al reloj.
Este monte se encuentra al sur del pantano del Ebro, entre el municipio burgalés de Alfoz de Santa Gadea y el cántabro de Valderredible. La parte norte pertenece a Burgos y la sur a Cantabria.
Es uno de los tres robledales más importantes de España, por su extensión, conservación de los espacios naturales, la fauna y la flora.
Es atravesado por el sur por el río Hijedo, que seguro que le da el nombre a todo el monte, que tiene unas 1.500 ha.
Se trata de un bosque misto de Roble Albar y haya, entre otras muchas especies.
Si buscas más información, te recomiendo que uses el nombre de la ruta “PR-BU.30”, pues es la ruta de hoy, y si la quieres ver, busca en la página oficial de senderos de las Merindades, “PINCHAAQUÍ”
Saliendo de Alfoz de santa Gadea, existe un camino que nos lleva al inicio de la ruta, cruza una carretera, la “BU-V-6423”, en dirección a un pueblo llamado Higón, no hay pérdida ninguna, está bien señalizada, y si no se echa mano de “GP´…ese”, que es sumamente listo…
La ruta es de unos 11 kilómetros, se llevan bien porque el paseo es alucinante…
Los dos primeros kilómetros, son por una pista forestal que bien se podía hacer en coche porque no dice mucho, pero las reglas son las reglas…
Las flores del brezo son particularmente bonitas, y se prestan para un poco de postureo…
Dos torres adornan la entrada principal.
Dejamos la Cabaña de Hijedo, para comenzar la andadura por en medio del bosque…
Algo nos asustó en un principio, un enorme mastín se vino para nosotros, a mí me acojonó hasta que vi como meneaba el rabo en petición de amistad, era joven son dóciles generalmente en ese periodo . Una vez echa las presentaciones en forma de olernos… y al verse aceptado en la manada, manada de dos, tuvimos un compañero todo el recorrido.
El animal olía a ovejas o cabras, y estaba siempre rodeado de moscas, por lo que decidí llamarle “el Seños de las moscas” de vez en cuando se acercaba para jugar y con los pinchos que llevaba en el cuello tenías que llevar cuidado no nos los clavara en las piernas…
Una breve reflexión y
comentario:
“Entiendo, que pueda resultar un poco pesado en esta parte porque voy a poner un número de fotos elevado, no es un descuido, tan solo quiero mostrar lo alucinante del paseo, se podría explicar con menos fotos, pero ese no soy yo, necesito dar una visión de lo alucinante que nos resultó este paseo y lo espectacular de las vistas, yo las llamaría sensaciones, por las buenas vibraciones que nos estábamos encontrando…”
Los cronistas de la Alta Edad Media, contaban que los monjes que se trasladaban a evangelizar el norte de Castilla desde la Rioja, tenían que atravesar “La Selva de Hijedo” muy frondosa y poblada de terribles bestias…menos mal que nosotros nos habíamos echado un buen protector y fiero compañero…
El primer boletus que vemos de la temporada…y no fue el último…
Un puente en medio de un riachuelo, me parece que es el de arroyo la “Varga Colorada”, es un buen sitio para hacernos fotos los dos…
El Señor de las moscas tenía fácil el beber, pasamos por varios arroyos, y yo creo que se llevaba de cada uno todas las moscas que había…
Los acebos eran
preciosos…
El Señor de las moscas hubo un momento que quiso jugar conmigo y se volvió loco corriendo de acá para allá…
En el arroyo, había un pequeño salto de agua y quise yo esta vez jugar un poco con él haciendo fotos, que me parecieron interesantes…
Estábamos a medio
camino de volver a llegar a la Cabaña de Hijedo…
Salimos de bosque a un claro, donde una pista forestal nos acompañó un poco, era el único tramo que andábamos fuera del bosque...
Esto es como sumergirte en un mar de luz verde, que te obligaba a no pensar, donde parecía que eras tú el que dominaba todo ese espacio, cuando en realidad solo formabas parte de él…
Los acebos tenían un
brillo cristalino precioso, que te llamaba la atención…
Había árboles que parecían esculturas utilizando elementos naturales, y que alguien las había puesto ahí a posta, para ser contempladas…
Como una mano de dedos gigantes, este roble mostraba su poder de activar tu imaginación…
Este museo de figuras naturales era infinito, pero todavía lo mejor estaba por venir…
Esto si es flipante…, pacería que se había salido del suelo y andaba por encima de una piedra, pero también parecía otras muchas cosas, piensa tú lo que mejor te venga en gana, que seguro tienes razón…
Hasta el Señor de las Moscas no daba crédito a sus ojos…estaba alucinado…
Estas rayas nos indicaban que íbamos por el buen camino, está muy bien señalizado, no hay pérdida…
Un mirador, esto promete…
Panorámica del Monte
Hijedo, es espectacular…
Un camino entre dos piedras, nos lleva a un conjunto de colmenas, de las cuales nos retiramos rápido por si acaso…
El Señor de las Moscas nos dejó sin despedirse, se acabó el viaje juntos, el volvió a sus labores y nosotros al camino de regreso al coche…
Con el pantano del Ebro al fondo, caminábamos en dirección norte, al coche…
Una última foto junto a estos majestuosos acebos y con unos robles detrás...
...y colorín colorado, este cuento todavía no ha acabado...
(X)
Portillo Lunada
La casualidad, o mejor dicho la ignorancia, nos hizo topar con unas vistas impresionantes, la verdad es que, cada día era mejor que el anterior, pues no imaginábamos lo que nos esperaba la nueva jornada, y de esta nunca hubiera pensado que era tan especial…
Sin saber, topamos con el Valle del Pas burgalés, donde se hicieron famosos los sobaos pasiegos, entre otros productos lácteos. Y no es casualidad, los pastos y la ganadería eran su forma de vida.
Sin pretenderlo, hicimos nuestro cuartel general en una aldea que depende de un pueblo de origen de grandeza medieval, Espinosa de los Monteros, con escudos ligados a la alta nobleza de su tiempo, y en particular a la familia Velasco.
Como curiosidad, ver cómo está ubicado este bar, está adosado a la iglesia…😁así seguro que tendrían cerca el vino para las misas, y no me refiero para el cura…
Bien, del pueblo o aldea de la que hablo es “Las Machorras”, que el sino, nos hizo fijarnos en este punto del mapa, buscando un lugar rural y apartado de toda urbe.
Escogimos una casa rural restaurada y que fue en su día una cabaña o “braniza”, símbolo de la comarca y de la que hablaré más tarde.
Al lado de la casa rural teníamos una ermita, de la que nos habla el periodista y fotógrafo Javier Prieto Gallego de esta manera:
“Santuario de Nuestra
Señora de las Nieves, en él tiene lugar los días 4,5 y 6 de agosto la celebración
de la Virgen de las Nieves con un repertorio de actos en el que se refleja la
singularidad y el alto valor etnográfico de la cultura pasiega”
Y esta es la cabaña antes de su remodelación, y abajo como es ahora por dentro…
El caso es que, a modo de descanso, decidimos hacer una visita a la familia que teníamos en Santander, pusimos el “G¨P´…ese” y nos indicaba que se encontraba a poco más de 60 kilómetros. Nos sorprendió la poca distancia, eso sí, por un puerto de montaña.
Las vistas ya nos hicieron parar más de una vez, y eso que acabamos de salir de casa…son fantásticas…
A pesar de que el clima, gris y amenazante, nos increpaba, no dábamos crédito, el verde de los prados y el relieve que nos tiene acostumbrados esta zona, en conjunto, hacían que las vistas nos obligarán a una y más paradas.
Hubo un antes y un después al coronar el puerto, si las vistas nos parecían bonitas, lo que estamos contemplando ahora, es extraordinario, espectacular….
Los detalles, también importan…
Una dedicatoria, y reconocimiento culmina este mirador, está dedicada a Francisco Cubría Sáinz.
Francisco Cubría, fue un aldeano ilustrado, abogado de profesión, que escribió teatro, poesía, ensayo, cuentos y relatos. Pero destacó principalmente por dedicar muchas horas a la protección del patrimonio cultural y natural.
Esta placa consta de una poesía dedica, de Gerardo diego y alusiva a las vistas del mirador.
Mereció la pena, aquello…
…era asombroso, espectacular…sé, que me repito en las expresiones, no encuentro otras más apropiadas, el sentimiento es parecido en todo el reportaje para contar lo que estoy viendo…
El que me conozca un poco, sabe perfectamente que me gusta vichear en la red y buscar información sobre lo que estoy trabajando. Encontré un blog "Siempre de Paso", de un periodista y fotógrafo, dedicado entre otras cosas a hacer reportajes de lugares y poner gran información al respecto, la verdad que yo me siento pequeño ante su trabajo, pero ese trabajo es profesional y yo juego en otra liga, lo mío son las imágenes comentadas, donde el sentir de cada momento es mi primer objetivo, y si puedo informar de algo, lo acompaño con todo el respeto hacia los verdaderos profesionales.
Pondré un párrafo de su reportaje sobre el Portillo Lunada y el Valle del Pas, que me servirá para adornar de una manera profesional este, que es mi reportaje. Él se llama, Javier Prieto Gallego y suele colaborar con prestigiosos periódicos y revistas como el Nacinal Geográfic. Su blog no tiene desperdicio y si estas interesado en verlo...
“...Valles pasiegos burgaleses en los que pervive una peculiar vida muy ligada aún a la ganadería. Una vida dura centrada en sacar el mayor rendimiento posible a la cabaña ganadera familiar. Adaptados a la dureza del clima, los pasiegos acabaron estableciendo un sistema propio de trashumancia estacional mediante la cual variaban su permanencia en las montañas en función de la altura y las épocas del año. De esa forma, cada familia era poseedora de un número variable de cabañas “branizas”, una, dos o más ubicaciones a diferentes altitudes hacia las que se iban trasladando con el objetivo de aprovechar los mejores pastos en cada época del año. A medida que la nieve de las alturas se iba desplazando y la hierba se ofrecía como mejor manjar para el ganado, la familia con todos sus enseres a cuestas, iban ocupando las “branizas” más altas. Al cabo de los meses, la llegada delo invierno obligaba al viaje de retorno hacia las zonas más bajas de estos valles para residir los meses invernales en la cabaña “vividora” la vivienda más amplia, mejor equipada y más confortable de todas.”
Javier Prieto Gallego.
Según descendíamos, y nos adentrábamos en las partes más bajas, podías ver las diferentes alturas y las disposiciones de las branizas, por todos lados, y ahora nos explicamos el porqué, de esas casas tan distanciadas…
Existen varios miradores en el camino, aunque sus carteles informativos estén en un estado vergonzoso, eso no es normal, aunque puedes interpretar algo, deberían arreglarlo, lo poco que se deja leer, nos habla de otras actividades, como la maderera, en la que se ocupaban las gentes del lugar…
Esta es la diferencia entre una Braniza y una casa Vividora.
(XI)
Cueva
del Pontarrón
Ya en la última jornada, decidimos batirnos en retirada, es decir, ir viendo cosas de camino a casa, pero esta vez a la de origen y familiar, las vacaciones tocaron a su fin.
De nuevo la casualidad nos volvió a sorprender, buscando un lugar perdimos la carretera que pretendíamos que nos llevara a otra parte, a ver otra cosa. De pronto decidimos dar la vuelta en un cruce y al girar la cabeza, zasca…una cueva, había que investigar sin lugar a dudas…
Para localizar este punto y como referencia, decir que está entre el pueblo de Trespaderne, yendo por la N-629 y la conexión de esta nacional, con otra nacional, la N-232. Saliendo de Trespaderne, en dirección sur, sale a poco camino una salida a la izquierda, nos llevaría a Tartalés de Cilla, pues justo al inicio de esa carretera, está un cartelito que te lo indica.
Un cartelito que, nos informó de lo que más adelante no iba a flipar…
Me he reservado el placer de no hablar hasta el final, es mejor una imagen que mil palabras. Es impresionante, son como dos grupos de cuevas separadas por un arroyo, algunas son más grandes que otras, algunas están comunicadas y otras son como individuales. Que puedo decir, que es una sorpresa, grata sorpresa, es historia es un lugar curioso y con mucho atractivo, espero que esta visita, os llegue a gustar tanto como a nosotros, es un regalo inesperado y bonito, y poco más que decir…
(XII)
Frías
Aparece en los medios informativos, como el pueblo más popular entre las Merindades, la verdad es que, como pueblo medieval no tiene rival, aunque haberlos, hay muchos, es el que digamos tiene más detalles de la época, con su castillo de los Velasco, su puente medieval sobre el río Ebro, calles, casas adosadas y una iglesia románica con devoción a San Vicente. También, tenemos que ver cómo los enclaves, es decir más de lo mismo en estas tierras, dan un atractivo muy particular, sobre todo en la situación donde está el torreón del homenaje del castillo.
Sobre el Cerro de la Muela y cerca del caudaloso Río Ebro, se constituyó un enclave estratégico de paso de dicho río.
El clima pareciera que nos ponía trabas, pero una sola estampa desde lejos, ya dejaba ver una majestuosa silueta, a pesar de los pesares…
Frías aparece citada por primera vez en la segunda mitad del siglo IX. Sería uno de tantos pueblos surgidos en los primeros momentos de la ocupación del Alto Ebro. Hablan de Frías, como que es la ciudad más pequeña de España.
Los romanos construyeron un puente para que una de sus calzadas conectara la meseta con el cantábrico…
Construyeron una torre con una puerta, para poder cobrar al que quisiera atravesar el río.
Pusieron unas rejas para proteger alguna imagen, pero creo que llegaron tarde a tal propósito…
El puente ofrece
buenas vistas, que puedes disfrutar un buen rato…
Al poco de entrar en el pueblo existe un aparcamiento, y ya desde allí, puedes hacer buenas fotos…
Desde el parking, se puede entrar al pueblo por varias partes, nosotros decidimos ir por una puerta que nos llamó la atención…
Esta…cosa…, es una fuente de tres caños, que solo funciona si está lloviendo, curiosa y poco más…
No me pude resistir a la estampa de la iglesia de San Vicente…espectacular.
PENSAMIENTO EN VOZ BAJA;
Al leer el cartel, me llamó la atención una vez más, la falta de ética profesional de un encargado de hacer reformas en las maravillas románicas que se nos dejaron, en este caso tiene nombre, es el arquitecto J. Calleja. Si has leído este cartel, sabrás que un desafortunado derrumbe de la torre, dañó el pórtico románico a la vez que un rosetón, pues no solo vendieron el pórtico, si no que no restauraron el rosetón. Esto en un monumento con una historia en medio de una ciudad medieval de primera magnitud, no deja de ser una aberración, un despropósito y sobre todo una falta de profesionalidad, tan solo para un uso religioso. Entiendo que los dineros son importantes, pero se podía haber repuesto su forma original, aunque fuera una reproducción de la que desapareció y que fue vendida a los americanos, así, podríamos contemplar la iglesia tal y como fue concebida, y construida para hacernos una idea, de sus orígenes románicos. Ahora solo podemos contemplar una iglesia mezcla de estilos y de una identidad difícil de entender. Una vez más, la economía y la falta de rigor histórico, dan al traste con la belleza de un tiempo y de su historia, para complacer algún inútil sin principios ni ética, no comprendo este fuerte impacto estético ni comprendo esta barbarie a la hora de escribir la historia.
Jamm.
Desde allí, se podía
divisar un importante valle el de Tobalina que, a pesar de la niebla, se puede aprecia su belleza…
La geología y la historia, es como un resumen del atractivo que tiene este lugar, la piedra porosa y los adornos medievales…
Las vistas desde la iglesia, nos desvelan el carácter defensivo que posee la iglesia, y a la vez, el poder ver el pueblo con su espíritu medieval impregnado en su arquitectura popular y señorial…
La arquitectura es uno de sus fueres atractivos, estas viviendas adosadas y encima de la pared de pierda que compone el Cerro de la Muela, no tienen nada que envidiar a las casas colgadas de Cuenca, pero eso lo apreciaremos más tarde cuando tengamos la panorámica desde abajo.
Esta vivienda nos desvela que, como trabajaron la roca, para que formara parte de dicha edificación…
El castillo de Frías, también llamado de Los Velasco, está considerado como uno de los castillos roqueros más espectaculares de Castilla.
Desde él, se controla el Valle de Tobalina y el paso del río, por el puente.
Seguro que esperáis un gran reportaje, sobre el castillo y sus interiores, así como, de sus vistas. Pues siento decepcionaros, me quedé con ganas, eso sí. No hicimos caso al reloj, y cuando quisimos entrar, era la hora de cerrar al mediodía, y hasta las cuatro no volvían abrir. Pues bien, decidimos ir a comer y luego pasaríamos a verle…pero… a estas alturas de las vacaciones y con todo lo que llevábamos por procesar con el consiguiente cansancio de ver y ver…, pensamos que lo mejor lo habíamos visto ya, y que no teníamos ningunas ganas de esperar más. Habíamos sacado el espíritu del pueblo y es una pasada, pero no fue el caso de esperar. Si nos pillará al principio de las vacaciones sería otra cosa, nos esperaba la carretera y un largo camino, que no quisimos retrasar más…
No podíamos dejar pasar la panorámica más bonita del pueblo…
(XIII)
Tobera
En una primera búsqueda de este pueblo, fue el motivo de perdernos y al mismo tiempo encontrar la Cueva del Pontarón. El sino, es el sino, sin más, dimos con esta localización por estar cercano a Fías, que iba a ser nuestro último lugar a visitar. Sorpresa grata y en un principio, creíamos que estaba fuera de los lugares a visitar e nuestras hojas de apuntes, pues lo buscábamos con otro nombre, pero la sorpresa fue tan grata, que eso era lo de menos…
Saliendo de Frías en dirección sur, por la BU-504 y como a cuatro kilómetros, tan solo esperábamos ya un regreso a casa, que era más bien a descansar, este tipo de vacaciones de ver cosas, agota un poco, y llega el momento de que ya no quieres ver más. Son tantas cosas por asimilar, que llega ese momento de decir basta. Pero una cascada impresionante, hizo que se volvieran activar esos estímulos que nos poseyeron estos últimos siete días, y paramos, ya ves que si paramos…
Existe un aparcamiento en cuanto divisas la cascada, que no es lo único que te llama la atención, pues una ermita, la Ermita de Santa María de la Hoz, junto con el Humilladero del Cristo de los Remedios, del siglo XVII, y para rematar un puente medieval, era sin duda un fantástico descubrimiento, pero esto no había hecho más que empezar…
Un cartelito, nos mostraba las bondades que ofrecía este pueblo, y eran unas fantásticas cascadas, en una ruta que recorría el pueblo de poco más de un kilómetro…
Emprendimos la marcha, yo prevenido cogí el trípode, por lo de las cascadas, pasamos por el Humilladero y el puente medieval en dirección al pueblo, la ruta está bien marcada, y las cascadas están en medio del pueblo…
Pronto hayamos un mirador, donde podías contempla el pueblo y el primer salto de agua, al que daba la sombra y que me hizo trabajarle un poco en el retoque…
No hay que preocuparse por la foto, luego la veremos desde otra perspectiva, des abajo…
Llegamos a la segunda
cascada, que dará mucho juego…
…incluso por detrás…
Ahora veremos la primera cascada desde abajo…
La Ermita de Santa María de la Hoz, es del siglo XIII románico tardío, de transición al gótico. Antiguamente se usaba como hospedería de los peregrinos en el Camino de Santiago.
A pesar de que estaba cerrada, pude hacer estas tomas por la gatera y no dio más de sí…
Unas cabras estaban adornando la pared de alado de la ermita…
El humilladero, es cuatrocientos
años posterior a la ermita…
Decidimos andar un poco, por un camino que formaba parte de una ruta y que nos pareció interesante…
A modo de despedida, dejar claro que las Merindades, es un territorio bastante grande para ver en un fin de semana. Qué seguro, que cualquier actividad que puedas imaginar, seguro que la hay en este lugar, para el senderismo es una mina de oro, pues lo hay de montaña, de bosques, de rutas por sitios idílicos y espectaculares, como las rutas arqueológicas que tienen un buen filón, y las rutas de ermitas románicas y que decir de pueblos medievales… es imposible no dejarte enganchar por alguna de sus múltiples atracciones.
Solo deseo que mis reportajes, sean de tu agrado y te puedan servir para recordar, si estuviste ya en algún lugar de los que hablo, o por si estás interesado en saber de él. También me alegraría si este reportaje te ha animado a hacer una visita en el futuro, yo disfruto mucho haciendo de mis visitas para conocer lugares, un placer para poder verlo cuando quiera en mi blog. Antes cuando guardábamos las fotos en los álbumes, era un placer el solo acto, con su ritual al pasar las hojas, por recordar momentos y lugares, ahora hemos perdido ese placer, pues las guardamos en los móviles o en el ordenador y casi nunca las volvemos a ver. Al no mirar fotos, muchas veces no recordamos con la relativa frecuencia lo que hemos vivido ya, nos olvidamos del pasado y para los que ya ese pasado, empieza a ser grande, sería como olvidar tu vida.
Jamm.
Fin.
Estupenda la descripción y el tratamiento del recorrido, invita a disfrutar recordándolo e invita a volver....hay tantas cosas que quedan por saborear!!! Las fotos, preciosas.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus ánimos, tú lo viviste y sabes muy bien de lo que hablo y muestro, me alegra que te haya gustado...
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