Una vez en Fermoselle, buscamos un paseo por el campo, para
un día soleado de febrero. Nos decantamos por este, a ver el mirador de las
escaleras.
Empezamos en la Ermita del Santo Cristo del Pino. Del periodo
visigodo y mozárabe.
Con una inscripción gótica que dice “Por la señal de la Cruz líbranos
de nuestros enemigos”
A lo lejos podemos divisar el pueblo del que salimos.
El paisaje de momento parecía monótono, había olivos y otros árboles frutales, así como muchos
huertos...
...algunas escenas, es que parecían llamarnos....
Si nos fijamos en detalles, como la vegetación, nos llevaremos
buenos recuerdos...
No menospreciemos nada, es belleza
simplemente en formas delicadas.
Orugas desfilando...
...y concentradas,
A su
bola...!a la...¡...
Más detalles de vegetales, que llamaban la atención...
En cuanto al terreno,
abundaba la pizarra, con lo cual también el Cuarzo Negro y la Mica. Recogimos
interesantes fragmentos de cada. Sirva esto cristales de Roca como ejemplo.
Centrémonos
en el destino, un mirador por el cual los guardias controlaban el contrabando
desde Portugal. Y he aquí la casa donde hacían las guardias,
Como vemos queda poco de la casa, bueno el recuerdo, eso sí.
Desde el mirador vemos el Duero y Portugal.
El Duro, ¿lo había dicho…?
… acabo el
relato diciendo que nos hizo buenísimo y nos lo pasamos pipa.
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