martes, 10 de noviembre de 2015

Pasé por:

Santiago de Compostela.



Siempre tuve ganas de venir aquí,
 pero nunca me hice una idea de cómo podía ser. 
Si hay algo que defina ese contacto 
con  la ciudad de Santiago,es el gentío 
y el ambiente de complicidad,
 que allí reina.

Las piedras me hablan de otra cosa,
"que el tiempo se quedó cerrado dentro de ellas"



Que hay una humedad residual
 en el ambiente...


…que despiden aromas de los recuerdos 
de gentes que allí estuvieron años a.


Sitio obligado para conocer y sentír
 los  pensamientos de los majestuosos edificios 
que no dejan de observarte,


…y que no consienten 
que pases sin recabar en ellos.









Es la ciudad que quiere ser recordada 
como “la ciudad siempre visitada”. 


 

Es conocida desde el inicio del tiempo, 
cuando el  tiempo se inició en su llamada.


Bien sabían las gentes de este lugar, que sin una llamada, a las otras gentes forasteras no acudirían con la misma devoción.
 

Una devoción, que consiste en ver que ven los demás,



…y sentirte como ellos se sienten observados por otras gentes y por los dichosos caseríos y mansiones.


 Es un sentir que se hace un bucle 
en el mismo momento 
que miras alrededor...

 

…y te ves en las caras de esa gente, 


 …que sin conocerla puedes adivinar porque están aquí,...


…alguien les dijo, que allí va la gente a comprobar que todos tienen la misma faz...

…y que las piedras te dan razones si las tocas,...


 ...para sentirte atrapado...



...y sacudido por un espasmo 
que como un calambre
 te hace mirar y no preguntar. 






Nota  mental:





...el Obradoiro en “Obras y petao”
 y para colmo, te cobran 
y dos horas “pa entrar.” 
Q.L.D.X .C.

(Que Lo Den Por C.)



Curiosidades:  



 ...los mimos lo clavaron.


Ya en ese tiempo, 
aquí se usaba el móvil.
 Fijaros en el pavo
 representado en la estatua.



 Fin. 

  

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