Sevilla.
Tenía que volver, es lo
que mí cabeza me repetía constantemente, cuando
dejábamos atrás Sevilla de vuelta a
casa. Maravillado y con el espíritu
satisfecho e hinchado de buenos momentos, al igual que mi cámara. Sus gentes
encantadoras, los podías preguntar lo que quisieras, parecía que estábamos en
un Mercadona, te acompañaban a la esquina de la calle para indicarte la
dirección correcta.
Fue una
visita de un día, por lo cual no podíamos entretenernos en visitas a
monumentos. Veníamos con la idea de respirar el ambiente de sus callejuelas y
en general el ambiente de Sevilla, creo que eso sí lo conseguimos con creces.
Así, en la próxima visita que espero sea para este verano, tengo la tarea
preparada.
Sevilla
tiene un color especial sin duda, pero no fue este día en concreto, las nubes se encargaron de ponérmelo un poco difícil
y bueno hay que saber defenderse en cualquier circunstancia como buen fotógrafo…
Sevilla
tiene trazas de ciudad grande, como pude ver, una mujer
se desmalla y los equipos de emergencias la atienden y la trasladan ante la pasividad de los
transeúntes, pero eso
sí, con una dosis de morbo por ver lo
que pasa claro, como es lo normal en las ciudades grandes.
También
en esa misma categoría de ciudad
grande, unos top manta no se fían del lugar y parecer un poco inquietos…
Y ya sabemos
porque….
Y como
dijo Jack el Destripador... vallamos por partes.
Primero el paseo por la urbe…
Su carril
para bicicletas marcado por chinchetas
y sus railes del tranvía…
Me sor prendió
un poco la cantidad de gente que había para la época del año en la que estábamos,
pero cómo he dicho antes, estamos en una ciudad grande…
Como iban
a faltar los reclamos para sacarse una pelas
…bueno euros…
Todo era
digno de retratar…
…sus
casa sacadas de un cuento de Aladino…
Y sus
centros comerciales arraigados a la historia más andaluza y su farándula…
La Giralda y sus alrededores.
La Torre del Oro.
Sus calles.
La esencia
de cualquier ciudad está en sus calles, allí se respira historia y tradición, a
la vez que oyes y sientes a sus gentes, en definitiva vives Sevilla…
Estas calles
me traen recuerdos de ciudades que vi en Marruecos, calles estrechas llenas de
comercios y actividad comercial…
…con
sus arcos y sus pasadizos…
El Guadalquivir y el Barrio de Triana.
…y sus
deportes de agua…
Las
carrozas pasan al lado del río a todo trote…
La Maestranza.
Los Patios Andaluces.
Calló la noche y se levantó la Magia…
Las mismas
calles y cosas que vimos durante el día, se vistieron de misterio y ya no parecían
las mismas, pero activaron mí inspiración de fotógrafo aficionado…
No podía
faltar un bar dedicado al toro, mejor dicho a su ejecución…
Fin.
Jamm.
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