Aunque finjas no querer cumplir,
al tiempo no le engañas, pues el salario
de la sabiduría, devora tu calendario.
Tiempo cruel que no perdonas un día
cuando sientes despacio que se
acelera la rutina,
porque a la velocidad de un reloj
no la alcanzan estas líneas.
En el camino de la vida, acumulas
recuerdos
que no alivian, en el recorrido
la fatiga.
Me cuesta saber que me ha elegido el
destino
para interpretar imágenes del
tiempo
que todavía no han prescrito.
Condenado a sentir un tic-tac de fondo
en mí camino
mientras juego con los detalles
que entretienen mis delirios.
Como un carcelero sin llaves de este
futuro cierto,
he llegado a un acuerdo con los
sueños, sin fijar un precio.
Angustiosos ojos negros,
Empeñado en contar los escalones del piso de
arriba
déjame que yo te cuente, que
visto de color cada día.
En el lugar donde nacen los deseos y
la esperanza se revuelca en la
rutina,
salen a gorgotones momentos
de una dulce y fina brisa.
de una dulce y fina brisa.
Jamm.
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